El profesor de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE), Miguel Navarro Meza, expuso sobre las “Relaciones político-militares en Chile en el proceso de definición de una nueva Constitución” en el seminario de la Asociación de Colegios de Defensa de Iberoamérica (ACDIA).
“La Defensa es una de las funciones básicas de toda sociedad organizada, junto al gobierno de Interior, el manejo de la Hacienda pública, la administración de Justicia y hoy día también con el manejo de las Relaciones Exteriores. Entonces, para nosotros no fue extraño que el tema de la Defensa surgiese tan tempranamente en el debate, incluso antes que se aprobara la idea de una nueva Constitución, cuando era un proyecto o una aspiración”, explicó el académico.
Además, destacó la participación ciudadana y el interés de la opinión pública en estos temas que calificó como “intenso y saludable” ya que el debate generado y el intercambio de ideas, no sólo es beneficioso para la democracia, sino que es además, “favorable para el desarrollo de ideas sobre las relaciones político-militares, la Defensa y la función de las Fuerzas Armadas”.
El profesor Navarro centró su exposición en analizar el desarrollo, desde una perspectiva histórico-política, de la presencia de las Fuerzas Armadas en las constituciones chilenas y cómo han evolucionado hasta su configuración actual como un ente “no deliberante, jerarquizado y disciplinado” como corresponde a la idea generalizada de unas Fuerzas Armadas profesionales.
Tareas pendientes: Consejo de Seguridad Nacional y Asesor Nacional en Seguridad
“Hay un punto que quedó inconcluso en el año 80, que pasó inadvertido al inicio, pero que con el retorno a la democracia se ha hecho cada vez más notorio. Esto es la relación que debe existir entre el Presidente y las Fuerzas Armadas”, puntualiza.
“En el sistema constitucional chileno, el Presidente de la República es el jefe del Estado, su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del orden público en el interior y la seguridad interna (…) La Constitución describe la figura del presidente de la República tenía el mando la fuerza y asumirá la Jefatura sobre las Fuerzas Armadas en caso de guerra. Por lógica jurídica se entiende que el tiempo de paz, no tiene la Jefatura Suprema de las Fuerzas Armadas y ahí hay un punto importante porque, en ese sentido, se produce una especie de cortocircuito. No hay solución de continuidad. Creo que es una buena oportunidad para resolver de una vez por todas cuál es la relación del Presidente de la República y las Fuerzas Armadas”.
Agrega que la idea de un Consejo de Seguridad Nacional es un punto que bien podría ser incluido en la nueva Carta Magna, mientras que la figura de un Asesor Nacional en Seguridad probablemente sea un punto a desarrollar en el futuro.
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